Bidón vs mochila de hidratación, ¿cuál me conviene más?

Bidón vs mochila de hidratación

Mantenerse bien hidratados durante las salidas en bicicleta es fundamental para mantener el rendimiento y no sufrir una pájara. Básicamente hay dos formas de transportar el agua o la bebida isotónica. Bien mediante un bidón o bien mediante una mochila de hidratación.

En el ciclismo de carretera prácticamente nadie utiliza mochila de hidratación, sino que la mayoría van con dos bidones en la bicicleta. Sin embargo, en el ciclismo de montaña es muy habitual ver a muchos bikers con una mochila en su espalda. Vamos a ver cuáles son las ventajas y los inconvenientes de cada uno de ellos. 

Bidón

La principal ventaja que tiene un bidón respecto a una mochila es que el líquido hidratante lo vamos a llevar directamente en la bicicleta. Por lo tanto no tendremos que llevar nada en nuestra espalda.

Al llevar la espalda sin ningún tipo de peso extra iremos más cómodos sobre la bicicleta.

Otro de los aspectos positivos de los bidones, es el precio, ya que son unos productos muy asequibles económicamente.

Sin embargo, tienen la desventaja de la cantidad de líquido que podemos almacenar, ya que los bidones es muy raro que superen los 750 ml de capacidad. Además dependiendo del cuadro de nuestra bicicleta es posible que sólo podamos poner un bidón, y que su tamaño máximo sea de 500 ml.

Por lo tanto puede suponer un hándicap en rutas muy largas. Además el agua se suele calentar rápidamente si la temperatura es muy alta.

Mochilas de hidratación

La principal ventaja que tiene una mochila respecto a un bidón es la capacidad de carga. En el mercado vamos a encontrar infinidad de marcas y modelos. Hay mochilas en las que podemos introducir hasta 3 litros de agua. Por lo tanto son un seguro de vida en las rutas de muchas horas. 

Otra ventaja de las mochilas es que el agua se va a mantener fresca durante más tiempo que en un bidón, ya que se encuentra más protegida del exterior.

Pero uno de los problemas principales que tienen es que llevamos el peso en la espalda. Si a los 2 o 3 litros de agua que llevamos, le sumamos algunas herramientas o accesorios, nuestra espalda puede sufrir en exceso.

Si tenemos una mochila de hidratación, lo ideal es cargarla lo estrictamente necesario para la ruta que vayamos a realizar, ya que cuanto menos peso llevemos iremos más cómodos.

Otro punto negativo de las mochilas es su precio. Es un producto notablemente más caro que los bidones.

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